Ese sábado desperté algo nerviosa. Mariposas revoloteando por mi estómago, porque se trataba de un día de estreno; pero a su vez, con la paz y seguridad que conlleva el saber, que se ha hecho un gran trabajo.

Han sido muchos meses leyendo sobre comunicación, escuchando testimonios, aprendiendo de los grandes, poniéndonos en otras pieles. Han sido muchos los momentos de cansancio, de querer decir no merece la pena, de enfrentar realidades, de decirme ¡basta!. Días en los que sientes en los poros el rechazo de los padres, las quejas de los sanitarios, el malestar del momento. Muchos días esperando este gran día de estreno.

 

El lado de la vida

 

Comunicar noticias a la llegada de un niño en situación inesperada, es todo un reto. Algunos podrían remarcar lo duro del momento, lo incómodo de la situación, la dificultad de tener que  comunicar en minutos, lo que puede llegar a ser toda una vida. Sin embargo yo, me quedo con la belleza , con la empatía, con la grandeza de ver a un bebé en brazos de una madre, con ese amor incondicional que une a una gran familia, a pesar de los pesares. Yo me quedo al ladito de la vida.

 

Son muchas las dificultades de ambos lados, varias las cosas que nos separan. Para el personal sanitario es un caso, (a veces uno mas) de los tantos a los que nos enfrentamos. Para las familias es su caso, el 100% de una estadística, el niño de sus ojos, ese que les hará realizar un cambio de mirada. Y nuevamente, me quedo al ladito de la vida…me quedo observando a ese niño que llegó a este mundo luchando, con ganas de seguir, con algo que decir.

 

Deberíamos comunicar con empatía, acercamiento, humanidad, resiliencia. Deberíamos escuchar con detenimiento, con amor con paciencia, con comprensión. Pero en esos momentos, ni unos ni otros se encuentran abiertos al diálogo. Ni siquiera comparten el mismo canal, ni las mismas emociones. En ese momento, hay un mar que los separa.

Y nuevamente, me quedo al ladito de la vida. Observo a ese precioso bebé por el que todos luchamos, de una u otra manera. Y aunque veo retos, dificultades y diferencias, observo paz por llegar a lo desconocido, amor para completar una gran historia, lucha por creer en la diferencia, inocencia para aprender valores inalcanzables para otros.

 

El gran estreno

 

El gran día del estreno, un grupo de sanitarios ofrecieron su tiempo, compartieron sus lagunas y abrieron su mirada. Los familiares, tuvieron la oportunidad de dar su testimonio, transmitir su dolor y revivir sus miedos. La sala polivalente de los Laboratorios Clarins, transformada en la sala de cualquier hogar, llena de belleza y marco incomparable, nos permitió compartir juntos 4 horas de un gran y enriquecedor aprendizaje. Este grupo, fue guiado por un equipo intachable, que brilló con luz propia, y supo encontrar los momentos de enlaces para reforzar y acercar experiencias. Tocaba música de fondo y sanitarios y familiares se abrazaron para bailar a un solo compás, a pesar de escuchar diferentes melodías. Un ovillo de lana de colores, colores de vida, recorría las manos de los asistentes tejiendo una red de unión, mientras sus labios transmitían palabras de agradecimiento.

 

“Yo te reconozco, tu empatía cuenta. Yo te reconozco, tu mirada cuenta. Yo te reconozco, tus palabras cuentan.”

 

Es mas lo que nos une , que lo que nos separa. El ser humano es tan grandioso, que apenas hacen falta unas horas de diálogo constructivo y de escucha activa, para abrir los corazones y la mente en busca de caminos paralelos. Porque en la unión está la fuerza, porque en equipo, siempre todo es mejor.

 

Durante segundos, mi garganta se hizo un nudo, mis expectativas se desbordaron y mis sentimientos se descolocaron. Fue una sensación de victoria momentánea, de agradecimiento a estas almas generosas, de gratitud a la vida, que me ha dado tanto.

 

Gracias

 

Gracias al equipo de atención temprana de Unicap, por transformar mis palabras en hechos, mis sueños en realidades, por caminar juntos hacia una misma meta, por siempre estar ahí, a pesar del cansancio.

Gracias a esos padres inagotables, llenos de amor pleno hacia sus hijos, repletos de energía y buen hacer, especiales por querer seguir mejorando.

Y gracias al personal sanitario que tiene ganas de mejorar cada día, de comprender a sus pacientes, de reflexionar ante los errores.

Gracias a todos, por hacerme sentir mas persona. Nuevamente me quedo al ladito…me quedo Hilando Vidas.